Sistémicamente, las enfermedades graves son muchas veces el reflejo de un amor inocente o infantil de quien dice... "¡Antes yo que tú!", o "Yo por ti". El amor de quienes creen que pueden incluso llegar a traer a los muertos a la vida si ellos mueren también. Todos dispuestos, por amor, a entregar su propia vida. A esto lo llamamos lealtad invisible.
Vemos entonces en la familia, a quien desea seguir a la muerte a alguien que falleció, que los sanos se sienten culpables por no estar enfermos e incluso los vivos culpables por no estar muertos.
Las Constelaciones Familiares no producen milagros, ni son un substituto del tratamiento médico necesario para cada enfermedad. Pero lo que sí permiten las Constelaciones Familiares es la posibilidad de ver la implicación que tiene el enfermo, por quién está enfermo, por quién está dispuesto a morir, y entonces al mirar las cosas como son, quizás dar paz al alma y por lo tanto, dar cabida a un tratamiento eficaz, dar paso a algo superior... la vida.
Entonces quizás el cliente, en lugar de decir: "Prefiero desaparecer yo antes que tú" pueda desde el amor adulto, grande y consciente decir, "Aunque tú te vayas, yo me quedo, igualmente te amo. ¡Bendíceme por favor!"
Elisabeth Tepper Kofod
Facilitadora de Procesos de Transformación
Consteladora Familiar
22 mar 16
CONSTELACIONES FAMILIARES: LA ENFERMEDAD Y LA SALUD. 02 de abril, 2016
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