En la relación padres-hijos siempre habrá un desequilibrio. Papá y Mamá nos dieron la vida. Déjenme escribirlo con mayúscula: la VIDA. Sin importar quienes fueron o cómo fueron, o cómo es o fue nuestra relación con ellos. Nos dieron la vida. ¿Cómo podemos corresponderles?
Con una buena vida. Dando vida a la vez, aceptando la fuerza que da el tener hijos propios, la responsabilidad que conlleva, el sufrimiento, y la gloria de ser padres. Pero, no todos somos padres, no todos lo seremos. Entonces... compensemos haciendo algo bueno con nuestra vida. Así devolvemos un poco aquello que nos dieron.

Ahora, veamos en cuanto a familiares, parejas, esas uniones que deseamos se mantengan siempre, y decimos, tomando palabras que aprendí de mi maestra Astrid Kassert: de lo bueno un poquito más, de lo malo un poquito menos. Siempre retribuir... siempre. De lo malo un poquito menos, para que el otro sepa que nos sentimos dolidos, pero no tanto como para crear una confrontación continua. De lo bueno un poquito más, para siempre sentir el vínculo.
Y en cuestiones de trabajo... siempre cobrar, aunque sea simbólicamente, aunque sea por intercambio, es importante no dejar deudas abiertas. Sé consciente de lo que sientes cuando le debes dinero o un favor a alguien... estás atado o atada a esa persona. Cuando te deben... ocurre lo mismo, las personas, su energía se ata a tí. Así que lo mejor que puedes hacer cuando alguien te debe dinero, es liberarlo, cobrándoselo de la mejor forma posible. Un paradigma difícil de romper, especialmente para los que trabajamos con intangibles, con servicios.
En fin... te invito a reflexionar sobre el dar y el recibir. ¿Dónde puedes matenerte amorosamente en deuda? ¿Dónde crees que es necesario pagar tus deudas?
Abrazos de corazón a corazón.
Elisabeth
Para consultas y asesorías: elitepperk@gmail.com y 0424 2565855
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